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Ambientalistas, estudiantes y homosexuales.-

Ya no es novedad que todos los días aparezca en los diversos medios de comunicación alguna marcha masiva por las calles céntricas de Santiago y de otras importantes ciudades de nuestro país. Pero cabe preguntarse ¿Qué es lo que tienen en común estas manifestaciones ciudadanas por causas tan distintas entre ellas?

A primera vista, resalta el hecho de que el medio ambiente, la educación y la igualdad son derechos humanos que todo Estado debe proteger, ya sea mediante el establecimiento de regulaciones al ejercicio de los referidos derechos o la posibilidad de establecer algún mecanismo eficiente de protección de los mismos. Luego, según la percepción ciudadana, el Estado no se estaría haciendo cargo de estos intereses, por lo que se recurre a los reclamos masivos y de allí a las manifestaciones.

Me refiero a que hay un sistema político que no se hace cargo en forma seria de los derechos humanos en nuestro país. Tanto el gobierno como la oposición, carecen de soluciones concretas y efectivas para mejorar la calidad de la educación en Chile. El problema es que no ven más allá de su nariz. Miles de jóvenes marchando en las ciudades, tomas de colegios y "liceos de excelencia", universidades paralizadas, no sólo por los alumnos, sino que con el apoyo de sus docentes, paros de profesores, no se arreglan estableciendo una TNE que sirva el día domingo... Lamentablemente, el gobierno simplifica las cosas, porque prefiere dejarles el problema de la educación a los que vendrán, y los que se fueron se esconden en sus caparazones por lo que no hicieron cuando pudieron arreglar los problemas de base que existen en nuestro sistema educacional...  O acaso se olvidaron los de la Concertación que en sus años de gobierno, nuestros futuros profesores entraban con 450 puntos de PAA, a la carrera de Pedagogía o Educación Parvularia, o peor aún, Educación Diferencial... Acaso no son ellos los que fueron incapaces de aplicar el sistema de Evaluación Docente para no echarse encima al obsoleto y politizado Colegio de Profesores de Chile. 

Y el gobierno actual no puede arreglar todo eso tampoco, pero ello no implica hacer como si nada pasara, ni tratar a los estudiantes como si fueran vándalos saqueadores revolucionarios, cuando son ellos quienes incluso arriesgan su propia integridad física para evitar los saqueos y detener a los delincuentes infiltrados en las marchas, para que los sesgados de la prensa no los malinterpreten. Se olvida el gobierno que muchos de esos jóvenes son menores de edad. Que sus derechos deben ser protegidos no sólo porque la Constitución los obliga, sino porque Chile también ha ratificado la Convención Internacional de Derechos del Niño.

Respecto a los medioambientalistas, hace rato que dejaron de ser los hippies fumadores de hierba que pedían paz y amor en el mundo. Cada vez más, hablamos de familias completas, que han sido afectadas directamente por la contaminación que producen las grandes empresas mineras con sus relaves, las empresas de telecomunicaciones con sus antenas cancerígenas, las termoeléctricas "tan necesarias" que han llenado de carbón los pulmones de la gente, sus casas, colegios y pueblos enteros, que han matado los recursos naturales que antes servían para alimentar a sus familias, que eran su fuente de trabajo. Mejillones, Tocopilla, San Antonio, Chuquicamata, Lota, Coronel, Caldera, Huasco y muchas otras más, no son inventos de los "hippies". Hermanos de nuestro mismo país enfermos de cáncer, ciegos, con malformaciones, muertos. Miles de hectáreas de tierras otrora fértiles, hoy muertas. Y lo que se viene ahora, Hidroaysén y la Energía Nuclear.

Y los homosexuales, luchando por el derecho humano más básico después de la vida: la igualdad. A mí me parece que estas personas son las que se encuentran en la posición más desventajosa de las tres que he mencionado acá, porque son las únicas que son absolutamente rechazadas y menospreciadas por un segmento completo de la sociedad. Pensémoslo bien. A quién no le ha pasado que se enamora de una persona que no le gusta a sus padres, ya sea porque tiene otro nivel social, o no cumple las expectativas de ellos... ud. ¿Qué hace? Lo más obvio sería luchar por el amor. Acaso si a usted le impidieran luchar por su amor ¿Lo permitiría? ¿Permitiría acaso que se restringiera o se limitara en cualquier sentido su intimidad o su libertad para amar? No. Acaso no haría usted uso de todas las instituciones que existen en nuestra sociedad para proteger y resguardar su libertad para relacionarse con quién usted lo estime pertinente? ¿Y qué lo diferencia a usted de un homosexual? Que usted puede correr a casarse con su amor prohibido, pero un homosexual no. Que usted puede suplir sus carencias de tener un hijo adoptando uno y un homosexual no. Que usted sale a la calle y nadie lo trata de anormal.

No sea usted quien restrinja a las personas en sus derechos. Si no lo comprende, no está capacitado para vivir en sociedad.

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