MARIPOSA PARALÍTICA

Uno de los temas que más se encuentra en boga por estos días en Chile, es el del matrimonio entre personas del mismo sexo versus el manoseado "acuerdo de vida en común". Por lo que he podido ver y oír en los medios de comunicación, comentarios de reconocidos líderes de opinión, políticos y ciudadanos de a pie, en nuestro país todavía se trata a los homosexuales y a personas que tienen orientaciones sexuales distintas a la hetero , como si padecieran de alguna enfermedad viral o fuesen unos pervertidos. Lamentablemente, me da la impresión que como sociedad no estamos dispuestos a convivir con las personas sin discriminarlas por alguna causa, cualquiera que sea. Vemos en la televisión cada día un nuevo caso de bullying entre los escolares, criticamos la violencia y discriminación con que se tratan entre ellos, culpamos al colegio de estas situaciones y los padres no son capaces de darse cuenta cómo ellos mismos discriminan a los demás a cada momento. Que este de la tele es

Cada día que pasa, siento que me vuelvo más high-tech . Con esto de la revolución de las redes sociales, las personas nos mantenemos permanentemente conectadas a la red, de diferentes maneras. Es claro que lo más popular en Chile es Facebook. Se ha transformado en algo casi tan importante como la partida de nacimiento. Si no tienes tu perfil (y por supuesto actualizado), prácticamente no existes. Al principio, cuando creé mi perfil, supe de inmediato que jamás podría hacerlo desaparecer y esa aparente inofensiva opción de registrarse era un contrato vitalicio. Si bien existe esa trampa en Facebook, no podía abstraerme de un sitio tan masivo y popular.  Ahora lo considero una especie de selva colapsada de anuncios, apariencias y banalidades. De a poco he ido borrando los datos que había puesto en mi perfil, lo que antes eran "me gusta", ya no me gusta para nada, borré la mayor parte de mis fotos, y mantengo el perfil casi completamente bloqueado para quienes no son mis amigo

"Tú no me importas". La verdad es que no me interesas. No pretendo verte dos días seguidos, y menos tres. Debo decirte que tus ojos, que buscan incesantemente algo, no lo encontrarán en los míos. Que un día o una vez no significan nada para mí, ni siquiera un recuerdo, o un remordimiento. No voy a mentirte con palabras dulces ajadas, tampoco voy a acariciarte en una noche solitaria, no pretendas acercarte más de la cuenta, que mi sinceridad no perdona a tu estampa desolada. No estoy contigo cuando lo requieras, tampoco quiero que seas tú quien me posea. Aléjate lo suficiente de mí, como para no ahogarme con tu aliento marchito, Evapórate por unos millones de años más, en los que tu presencia no me ahorque de atenciones. ¡Fuera! ¡Lárgate donde mis ojos no te vean! Escúrrete por el suelo, mientras pisoteo tus buenas intenciones. Vete, antes de que te eche a patadas de mi mundo, mientras me transformas en un monstruo desollador, No me incomodes co

De una vez por todas decidí alejarme del estigma cursi que he llevado en este tiempo que he editado mi blog, Mariposa Paralítica. La RAE señala que cursi "Se dice de un artista o de un escritor, o de sus obras, cuando en vano pretenden mostrar refinamiento expresivo o sentimientos elevados" y creo que, en cierto modo, me he mostrado un poco así. La verdad de la milanesa es que soy bastante más seria y más banal (dependiendo de la ocasión y del contexto) de lo que podría llegar a alcanzar con mis poemas. Tal vez tengan un poco más de peso mis ideas que mis sentimientos y es por eso que decidí quitarle las maripositas a este lugarcillo virtual, efectué una declaración de principios y me voy a dedicar a hacer algo que hago muy bien.... hablar hasta por los codos. Realmente pretendo que el blog se transforme en un misceláneo de opiniones, sentimientos, música y fotos. Tal vez más adelante decida agregarle más contenido, pero por ahora, me parece que es satisfactorio.

Últimamente me he sentido como en los días nublados. Tal vez un poco más susceptible que de ordinario, y debe ser por esa idea recurrente que transita en mi cabeza... Siento que me falta algo por terminar...  como cuando una persona barre toda la casa, la deja impecable, pero sabe que no pasó la escoba detrás del mueble aquél... y no se queda tranquila hasta que lo hace, porque sino la limpieza no es perfecta.  Algo así me pasa a mí. Siento que limpié toda mi casa, pero hay polvo debajo de la alfombra... es un poco, pero molesto. Sinceramente, he dado vueltas en mi cabeza esa idea y no sé de qué se trata. No sé cuál es el aspecto que debo arreglar... tengo vagas impresiones, pero nada de certezas... a ratos un poco de flojera para pensar... y mi vida sigue feliz y soleada, hasta que en un momento cualquiera, el cielo se vuelve gris y mi conciencia no me deja tranquila. Deben ser los pecados cometidos ;)

Siempre me veo escribiendo poemas, como si realmente fuera una mujer romántica, de corazón frágil y sensibilidad a flor de piel. Y yo les digo  ¡MENTIRA! La verdad es que soy una mujer como todas, tal vez incluso un poco más depravada (RAE: Demasiado viciada en las costumbres) que el común. Y dado que por las circunstancias de la vida, me he depravado, es que he decidido hacer mi ranking particular con los machos recios hollywoodenses que se me aparecen en los sueños más turbios que mi mente pueda imaginar, pero con una particularidad... son todos mayores de 40 años. Dándome un gustazo, aquí voy: N°7 Para partir suavemente, antes del trauma, me acordé de este bombón. Este personaje tiene actualmente 39 años. En junio próximo cumplirá cuarenta, por lo que entra raspando en mi ranking. Me gustaba como rockero en "Rockstar", pero en “The Fighter” (2010) se le veía muy bien (bueno). Como actor, para mi gusto, no es muy bueno, pero si él aparece en la película, la ve

El sonido más pesado es el del silencio despiadado en una fría noche de junio, cuando los árboles desnudos de la calle pasan congelados sus horas en el hielo. O el silencio de la ausencia, de esa presencia inexistente, carente de alegría, de tristeza, olvidada en un rincón de la vida. El sonido más liviano, es el del vuelo de un picaflor, que en la primavera colorea el cielo, las piedras, el mundo con su incesante batir de alas aromático, romántico y frenético. El sonido más grueso, sin duda se oye desde la cordillera helada, mirando al horizonte infinito del mar. Las olas rugientes se suicidan sobre la playa, imponiendo sus motivos, sus razones y delirios, gritando a quien pueda oír su palabra furibunda. El sonido más delgado, es el murmullo de la brisa andina, atacando sin piedad alguna un pelo de la llama altiplánica. Cortando en dos el aire que se le cruza, rozándole suavemente, cuando al contacto se oye constantemente la vibración en mi menor. No acaba el sonido su trabajo,