MARIPOSA PARALÍTICA

Un buen libro, no lo es por su portada, el ser humano tampoco. Miles de almas apiladas, la una contra la otra enfrentadas, se miran sin sacarse los ojos mostrando sus dientes,  odiándose. Mientras, en un lugar obscuro, un par de ellos se hechizan, coquetean, se muestran hasta lo más íntimo de su ser, en una caricia velada. Las personas pasan, miran, se devuelven, comparan y se van. Muchos esperan ansiosos la llegada de su destino, un lector empedernido, que aprecie el alma de cada libro. Pero siguen allí, valorizados por los colores de sus portadas, por el grosor de sus hojas, por la calidad de su tinta. Mientras la gente se olvida que un día nacieron en una sucia imprenta, rodeados de pegamento, y restos de sus hermanos textos desparramados en el suelo. Y hoy, lucen sus mejores ángulos, exhibiendo las contraportadas, diferenciándose en la multitud. Una sociedad variopinta en que todos conviven en paz, las religiones y filosofías 

Ha despertado sin nada. Se ha levantado en nada. La nada se lava la cara, no desayuna nada. Dice que hoy no hará nada, Y que nada quedará sin hacer. La nada trabaja por horas en la oficina, almuerza la nada misma, sigue la rutina como si nada. Nada más que se hace tarde, por fin vuelve la nada a su casa saluda a su familia y nada cambia, ya es de noche para hablar nada, La nada se acuesta, cansada, se duerme nada más, hasta mañana. Es cierto, que en esta vida  no somos nada.

"Conoce el Yang, pero mantente siempre en el Yin" Mientras dedicaba mi tiempo a la pintura negra, me acordé de este verso del Tao Te Ching. Y pensaba en mi vida en Yin.  Este tiempo de introspección, de estar sola conmigo misma, de tratar de solucionar mis problemas por la vía de la reconciliación con mi interior, todo ello me ha influenciado mucho... A veces salgo de mi mundo, para volver a ser la persona extrovertida, alegre y frenética que siempre fui, pero ese tiempo no se prolonga, y vuelvo a mi inactividad. Cuando pienso en mi profesión, no me siento mal por no estar trabajando con sueldo y horario, pues yo trabajo para ayudar a las personas y, cuando alguien necesita de mi ayuda, siempre estoy dispuesta a ayudarle. Hay días que pienso en que la inactividad ha borrado mis conocimientos de la cabeza... pero no me complico por ello.  Tampoco estudio. La mayor parte del día medito lo que sucede a mi alrededor. Todo eso que no me pasa a mí. A veces me pone triste j

"Cuando abro en los objetos la puerta de mí mismo: ¿Quién me roba la sangre, lo mío, lo real? ¿Quién me arroja al vacío cuando respiro? ¿Quién es mi verdugo adentro de mí mismo? Oh Tiempo. Rostro múltiple. Rostro multiplicado por ti mismo. Sal desde los orígenes de la música. Sal desde mi llanto. Arráncate la máscara riente. Espérame a besarte, convulsiva belleza. Espérame en la puerta del mar. Espérame  en el objeto que amo eternamente."    Normalmente no transcribo en mi blog poemas ajenos, pero Gonzalo Rojas tiene ese algo de macabro en su poesía, que me atrae tanto como Octavio Paz.     Este poema, se encuentra en su versión original en un libro llamado "La Miseria del Hombre", que a mí, por el solo título, se me hace imposible de obviar. Prácticamente suena a Dostoievski.    No es que adore la miseria humana, sino que he aprendido a disfrutar tanto los buenos momentos de la vida, como los malos.    Es así como he vivido plenamente mi depresión, cada una de