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Mostrando entradas de abril, 2012

El poder de las cosas simples

Hay veces que nos dedicamos a hacer tantos preparativos para nuestras actividades de esparcimiento, que al final nos producen un montón de estrés y desgaste, y al final, nuestro momento feliz se transforma en una lata. Por eso a mí me gusta la cosa más light...y cada vez que ando tonteando por la vida quedo en evidencia. Un par de sandwich, un jugo, agua, el bloqueador y chao. Picnic. De hecho, el paseo nocturno del otro día, absolutamente improvisado, me dejó claro que tomando mi cartera y guitarra salgo feliz a cualquier lado, aunque sean las tres de la mañana. Y es que para mí vale más la pena salir un rato a conversar de la vida, mirando las estrellas fugaces, al calor de una fogata improvisada, que estarme preocupando por weás. Que hace frío, que no hay nada para comer, que hay alacranes, que está oscuro, me da lo mismo.  No entiendo cómo la gente se complica tanto, si al querer algo, lo más importante es tratar de hacerlo. Y la verdad e

A la moda

El otro día me estaba cuestionando la banalidad que implica andar pendiente de las últimas tendencias de la moda, ya sea aquí en Chile como en las pasarelas de Europa, New York y demás, comprar mis revistas Vogue y por supuesto, renovar el clóset a punta de sacrificios personales con tal de verme regia, estupenda y por supuesto, "fashion". Claro que para algunas personas la ropa es ropa y uno no les va a hacer cambiar de opinión, pero hay una película muy buena que se llama "The Devil Wears Prada" (El diablo se viste de Prada), en la que se deja en evidencia la seriedad con que algunas personas se toman la moda. Claro que se trata de una burla a los diseñadores y al mundo del fashion en general, pero hay una parte que yo rescato en lo personal. Para mí, vestirme bien, independiente de si es con ropa cara o no, o a la vanguardia de las pasarelas o no, es una forma de hacer arte con el propio cuerpo.  Seguro que suena de lo más extraño, pero ¿Por qué cu