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A la moda





El otro día me estaba cuestionando la banalidad que implica andar pendiente de las últimas tendencias de la moda, ya sea aquí en Chile como en las pasarelas de Europa, New York y demás, comprar mis revistas Vogue y por supuesto, renovar el clóset a punta de sacrificios personales con tal de verme regia, estupenda y por supuesto, "fashion".

Claro que para algunas personas la ropa es ropa y uno no les va a hacer cambiar de opinión, pero hay una película muy buena que se llama "The Devil Wears Prada" (El diablo se viste de Prada), en la que se deja en evidencia la seriedad con que algunas personas se toman la moda. Claro que se trata de una burla a los diseñadores y al mundo del fashion en general, pero hay una parte que yo rescato en lo personal.

Para mí, vestirme bien, independiente de si es con ropa cara o no, o a la vanguardia de las pasarelas o no, es una forma de hacer arte con el propio cuerpo. 

Seguro que suena de lo más extraño, pero ¿Por qué cuando hablamos de los cuerpos desnudos pintados lo aceptamos como manifestaciones artísticas y cubrir un cuerpo con ciertas telas y accesorios es una banalidad?

Oh, Please! La moda es una forma de arte. Las calaveras de Alexander McQueen, los maravillosos y adictivos bolsos de Hérmes, los vestidos románticos de Valentino, las chaquetas clásicas de Chanel y miles de piezas de arte distribuidas por todo el mundo, combinadas de las formas más insólitas para mostrar que cada ser humano es un individuo con una personalidad única... algo que ya sabíamos, pero que sólo puede exhibirse de una manera.. a través de la imagen.

Yo me visto como quiero y eso que soy una especie de metalera fashion; me gustan los accesorios: joyas, sombreros, pañuelos, bolsos, zapatos, todo lo que hace que hasta la persona más sencilla de la vida luzca nice.


Y creo que vestirse va más allá de ponerse un montón de trapos en el cuerpo para cubrir la desnudez; vestirse es una acción de arte que requiere un poco de tiempo, estilo y mucho gusto.


A veces me da un poco de lata esas mujeres que creen que nadie las va a tomar en serio si se preocupan más de la imagen. O que creen que es sexista mostrar la belleza de la figura y estampa femenina, o que creen que no es necesario ni importante verse bien, vestirse bien, maquillarse bien. 


No por verme mejor voy a ser más tonta, o ser más banal. La belleza y la elegancia son las mejores armas que acompañan a la inteligencia en la durísima tarea de una mujer contemporánea para sobrevivir en la sociedad.


Una mujer de hoy tiene que tener claro que así como lo más importante en la vida no es andar a la moda, tampoco es lo menos importante, ni se debe dejar de lado, porque querámoslo o no, trabajamos también con la imagen que proyectamos.










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