Tengo un minuto para pensar.
Y he pensado,
en lo bien que me has hecho,
estando separados.
Tienes otra persona
a quien atiborrar de tus miserias.
Tus días tristes son tuyos y de ella,
ya no son mis problemas.
La depresión se ha esfumado,
se ha ido con tu desamor,
con los proyectos, la indiferencia
con tu abandono y falsa comprensión.
He continuado avanzando,
he seguido un camino,
alimentando lo interno,
enfrentando lo vivido.
No he triunfado, y te he perdido.
Pero siento que perderte
es el mejor premio
que he recibido.
A veces quisiera extrañarte,
para no hacerte ver como
alguien insignificante.
Otras veces, quisiera
tenderte mi mano, ayudarte,
sacarte adelante.
Pero siempre pasa algo mejor.
No sé porqué te olvido
y me niego a rescatarte,
será porque así lo has elegido.
Respeto tus decisiones adultas,
tu madurez impresionante,
el criterio desarrollado
y las metas y objetivos claros.
Por eso no te sorprenda,
si no te hablo, no te ayudo.
Es que ya no recuerdo ni el amor,
la amistad, ni… ¿Qué decía?
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