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Mente vacía.-

Todo lo que poseo,
es lo que necesito para ser feliz.
Todo lo que anhelo,
lo obtengo del segundo presente.
La gente que aprecio,
busca mi consejo y compañía,
y encuentran en mi corazón
toda la disposición
y el cariño que buscan.
Honro a cada instante
a mis padres,
por su labor sagrada y cotidiana
de vivir la vida y de encausar la mía.
Respeto a los niños,
porque alimentan mi espíritu
de inocencia y alegría.
Me siento en el centro de la tierra,
a observar estrellas y piedras,
a oír el canto del mar en la cordillera,
a oler las flores en el polvo del cemento.
Hago y No Hago por mí y por el mundo,
camino por la senda transformadora
que me ilumina cada mañana.
Soy y No Soy en auténtica plenitud,
no busco la paz en mi corazón,
porque ella me ha envuelto en una caricia,
no tengo la verdad, sino que formo parte de ella.
No soy una iluminada, ni una persona extraña,
sólo soy un ser humano cuya esencia
fluye constantemente en este lugar,
siguiendo el camino de la felicidad.

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