No era mi intención desaparecer del mapa, pero la verdad es que me ha costado mucho hacerme un tiempo para escribir en el blog y, en general, para hacer alguna actividad extra laboral.
Uno de aquellos días, fue un viajecito a El Salvador, campamento minero que vio nacer a algunos de mis amigos y en el que sus padres trabajaron por largos años.
El Salvador es una ciudad muy similar a Andacollo, pero full money. Por un momento entre tanta bandera y vehículos nuevos, yo juraría que estaba en una automotora, pero me equivoqué profundamente, puesto que sólo se trataba de un estacionamiento. La cantidad de vehículos nuevos que hay ahí es algo digno de mencionar.
Allí la gente es tranquila y educada. No se ven flaites, pero sí decenas de camionetas 4x4 con sus pértigas atestadas de trabajadores mineros.
Hay casas pareadas, de uno, dos y tres pisos... todas tienen antenas satelitales y se ven muy añosas. El Salvador es un gran barrio residencial, donde hay muchas casas iguales, no se ven grandes construcciones, ni casas que sobresalgan.
Todo es financiado por Codelco, de hecho, una parte del financiamiento de nuestro centro, corresponde a un aporte de Codelco División El Salvador.
También hay un Unimarc, que es más grande que el más cercano a Chañaral (en Barquito), y cuando lo vimos con las chicas, nos brillaban los ojos porque había cremas para el rostro (para que cachen el nivel)...
De hecho, yo me enamoré del super de El Salvador... este sábado vamos a ir con la Gaby y ya tenemos planificado cómo nos vamos a escapar para ir a comprar...
También hay un Abcdin, eso es maravilloso, porque arriba de un cerro donde hay una mina (El Salvador) uno encuentra lo que no existe al lado de la ruta 5 (en Chañaral).
Eso sí que hace un calor enorme y, al igual que en Diego de Almagro, el aire se olvida de llegar por esos lados. El viento es muy poco, y la estática es espectacular... todo electrocuta y, según mis teorías locas, es por las partículas de cobre en el ambiente, que transmiten la electricidad.
El agua es absolutamente tomable... yo tomé té con agua de la llave y fue como tomar agua filtrada... bacán!!!!
En suma, El Salvador me pareció una buena ciudad, tranquila, limpia, con comida rica, más acceso a servicios que Chañaral, pero tampoco es metrópolis... ni bonito. Llegar ahí es una tremenda lucha por carretera, con cuesta y todo, y tiene un aeropuerto que no me tincó mucho que estuviera vigente.
El comentario final de esta nueva experiencia es: Lo que hace la plata.
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