Héme aquí, retomando mis funciones con normalidad, mientras al llegar me he encontrado con un ambiente algo hostil. Y no es por mi culpa.
Me da la impresión de que algo cambió en el tiempo que estuve fuera de las lides laborales, fue como si mi alejamiento hubiera durado meses y todo lo que parecía funcionar normalmente antes de irme, se hubiera desmoronado con velocidad.
Lamentablemente para los demás, yo me encuentro bastante bien y tranquila, libre de todas las hostilidades, porque tampoco es mi intención caer en la amargura y estrés de los demás. Además, el descanso me sirvió para reflexionar bastante sobre mi posición en esta ciudad y sobre mi salud mental en general.
Como llegué a trabajar demasiado light y con otra disposición, me siento más tranquila y confiada en no perder la calma ni el autocontrol. La verdad es que el aire espeso y la hostilidad no van conmigo, por lo menos por ahora.
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