Los tiempos cambian, las personas cambian y yo no soy la excepción.
Si me hubieran preguntado por Facebook hace unos días atrás, les habría dicho que jamás volvería, que no encontraba la utilidad para esa red social que tantos dolores de cabeza me causó.
Y resultó que alguien se va. No fui capaz de darme cuenta de la necesidad de comunicarme cuando me fui yo de La Serena, porque de alguna forma iba a mantener contacto con mis amigos... y de cierto modo así lo he hecho, pero cuando pasó que yo me quedé y otra se va, caí en cuenta que si no me convertía nuevamente en uno de esos números en la estadística de usuarios, tal vez no volvería a tener contacto jamás con esa persona o se haría demasiado complejo.
Y es por eso que abrí el Facebook. No crean que fue llegar y poner la clave nomás. No señor.
La verdad es que me costó mucho. Y es que las circunstancias en que lo cerré fueron tan complicadas, que tenía un poco de miedo de volver.
Por lo menos, siento que esto me sirve para enfrentarme al mundo nuevamente como la persona única e individual que soy, y superar de a poquito los miedos que la vida me ha ido dejando en el camino. Y también, retomar el contacto con las personas que quiero, con las que me quieren y encarar la historia.
Que bueno que volviste, te echaba de menos también el la red social. Cariños amiga, espero verte cuando vengas a Serena.
ResponderEliminarAsí no más es Facebook, malditamente necesario, no te niego que hay veces que sé demasiado de personas que no quiero, pero salva en algunas circunstancias (cumpleaños de amigos, que nunca recuerdo) para manifestar afecto, aunque sea virtual.
ResponderEliminarBienvenida nuevamente