En mis próximas entradas, voy a hablarles de la depresión, de la mía... porque eso es, en cierto modo, una terapia. Tal vez eso es lo que realmente me hace una mariposa paralítica... no lo que perdí, sino que la falla que llevo conmigo. No tengo depresión diagnosticada por un psicólogo, pero es evidente que soy depresiva... y no porque en mi adolescencia haya sido gótica y me haya cortado las venas, o porque haya tenido un problema familiar grave que me trastornó, sino que hace muchos años he arrastrado una disconformidad con mi vida que incluso, en mi peor momento, me llevó a querer morir. Lo bueno de querer recuperarse, es que en el camino se encuentran muchas señales de cómo utilizar la depresión para ser más sensibles y comprensivos con los demás, aprender qué significa ser empático. Por ello, parto con esta canción de R.E.M., que en los momentos tristes, me permite abstraerme de la pena propia, para recordar que todos alguna ve...