Hoy amanecí con ganas de ser feliz, a pesar del frío, a pesar de no haber dormido tan bien... Quise ser feliz y levantarme con todo el ánimo que me fuera posible, y lo hice.
Llegué al trabajo con toda la energía, y tal vez fue esa actitud la que me llevó a recibir la primera buena noticia del día.
Pero no duró mucho tiempo. Hay algo en mí, esa pequeña molestia en el corazón que lo humedece y aprieta, como si fuera esponja y me dice que no hay posibilidad de ser feliz. El frío traspasa mi piel, me congela de a poco... me paraliza a ratos y ni siquiera la guitarra de Clapton me mantiene por mucho rato ensimismada.
Lo intenté, espero que esto cambie y que salga el sol en mi día. Si no, tendré que adaptarme a esta sensación gris azulada que me envuelve, muy a mi pesar.
Quise ser feliz hoy... y no pude.
Llegué al trabajo con toda la energía, y tal vez fue esa actitud la que me llevó a recibir la primera buena noticia del día.
Pero no duró mucho tiempo. Hay algo en mí, esa pequeña molestia en el corazón que lo humedece y aprieta, como si fuera esponja y me dice que no hay posibilidad de ser feliz. El frío traspasa mi piel, me congela de a poco... me paraliza a ratos y ni siquiera la guitarra de Clapton me mantiene por mucho rato ensimismada.
Lo intenté, espero que esto cambie y que salga el sol en mi día. Si no, tendré que adaptarme a esta sensación gris azulada que me envuelve, muy a mi pesar.
Quise ser feliz hoy... y no pude.
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