La base de los derechos humanos, es
la dignidad de la persona en cuanto tal.
Uno de esos derechos es la libertad
de conciencia, que va mucho más allá de profesar tal o cual religión, sino que
también abarca lo más profundo de nuestros pensamientos, lo que nos hace ser
como somos, nuestras motivaciones y nuestros fines.
Y mientras pensaba en la libertad de
creer y de tener mis propias ideas, me di cuenta de lo intolerantes que somos
los seres humanos con quienes piensan diferente. No respetamos nuestro derecho
a disentir.
Inclusive, hay personas que viven de
persuadir o influir en las creencias y decisiones que adopten los demás, sin
consideración alguna al respeto de su dignidad.
Algunos se jactan de los niveles de
"tolerancia" que hemos conseguido en la sociedad actual, pero estamos
a años luz de una apertura real y de aceptar a quienes piensan o pensamos
diferente.
Vivimos en un mundo violento lleno de
prejuicios y soberbia, donde el que habla más fuerte es el que tiene la razón,
el que me grita en la puerta que existe dios, el que escupe al candidato que no
apoya, el que no cree que haya familias de homosexuales, el que cree que se
debe tener un hijo varón, el que cree que hay que casarse antes de los treinta.
¿Acaso no tienen las personas el
derecho de pensar así, aunque sea impopular? Porque ¿Acaso no tengo yo el
derecho de pensar diferente?
Y esa es la reflexión... Porque a
medida que las personas van reflexionando en sus opciones espirituales, van
abriéndose hacia la aceptación del otro en sus diferencias y sólo de esa forma
se puede construir una sociedad verdaderamente desprejuiciada y tolerante.
Abracemos la libertad de creer y
profundicemos en la base de nuestros dogmas, cuestionemos la espiritualidad que
se nos ha sido impuesta y rebelémonos internamente hacia un yo de pensamiento
libre y único.
Espiritualidad impuesta, doctrinas para seguir esclavo de los pensamientos antiguos que no nos dejan crecer y desarrollarnos como personas integrales. Cada uno tiene la capacidad para decidir y elegir como queremos vivir. Hay que romper las barreras de este sistema tradicional en que estamos viviendo. No soy muy bueno con las palabras pero comparto mucho tu pensamiento respecto a este tema.
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