Después de haber tenido esa canción de Bebe tanto tiempo en la pared de mi oficina, después de haberla escuchado tantas veces para preparar el video de las actividades... hoy recién vengo a caer en cuenta de la enseñanza que esa canción me dejó. Mientras me encontraba en un instante de reflexión, volví a revivir esos miedos que me han perseguido desde siempre: el temor al rechazo, a no sentirme querida ni apreciada, a que no se me valore, a ser considerada un objeto, y un largo etcétera de inseguridades. Estaba en eso, cuando descubrí que algunos miedos ya se habían esfumado... por ejemplo, ahora me da lo mismo el rechazo, porque no siento la necesidad de que alguien me apruebe o que me acepte. No tengo ese vacío que debía llenar con lo que otra persona pensara o sintiera por mí. Y así fue como entendí esa parte de la canción que dice "que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño". Pasé tanto tiempo dejando que me dañaran, sin protegerme, sin ponerl...